jueves, 17 de noviembre de 2016

LOS ORIGENES DE ISRAEL

LOS ORÍGENES DE ISRAEL

Es una cuestión controvertida aquella que se refiere al origen y primeros tiempos de los pueblos de Israel. La fuente principal con que contamos es la bíblica. Según ésta, Abraham parte de la ciudad de Ur (Mesopotamia) con su familia, animado por la divinidad, Yahvé. Continúa la tradición con el establecimiento en tierras de Canaán (actualmente compuesta por el estado de Israel, la Franja de Gaza y Cisjordania) por un tiempo, hasta que el hambre impulsa a los descendientes de Abraham a entrar en Egipto. Desde una perspectiva histórica, la migración de Abraham se enmarcaría en los movimientos de pueblos amoritas y arameos que se producen a mediados del segundo milenio y se encuentra descrita en el Génesis, primer libro de la Biblia.
 Los patriarcas darán origen, a través de sus descendientes, al nacimiento mítico de doce tribus que componen el pueblo de Israel. La personalidad histórica de personajes como Abraham, Jacob o Isaac es cuestionada, optándose por admitir algunos e identificar otros con grupos tribales (Isaac y Jacob).

El siglo XV a. c. se admite como fecha probable de la migración inicial. Su origen, la alta Mesopotamia. El modo de vida nómada y la ganadería trashumante descrita en la Biblia era habitual en la época y ha sido confirmado por hallazgos arqueológicos. También hay multitud de referencias bíblicas sobre ciertos aspectos sociales como que se practicaba la esclavitud (el propio Abraham llega a tener descendencia con una de las esclavas de su mujer) así como también la poligamia (Jacob llega a tener dos esposas, ambas hermanas) y los sacrificios rituales. Según la tradición judía, la práctica de la circuncisión data de la época de Abraham y la practica con sus propios hijos. 

 Cada vez parece más claro que la religión judía fue en sus inicios de caracter henoteísta, es decir, que practicaba la monolatría en lugar del monoteísmo que tradicionalmente se le ha atribuido y que hoy en día se practica. La diferencia estriba en que la monolatría reconoce la existencia de varios dioses, aunque sólo se adore a uno, mientras que el monoteísmo sólo reconoce la existencia de un único dios. De hecho, no se puede asegurar la creencia monoteísta rigurosa, heredada por el judaismo actual, hasta después de la época de Moisés.